Uno de los hermanos Abd el-Rassul, Mohammed, vende la información sobre la localización del escondrijo. Comienza así la exploración científica del lugar. Durante la ausencia de Maspero, Émile Brugsch se introduce en la TT 320 y saca todas las momias y los objetos que había en su interior de forma apresurada, perdiéndose así información fundamental para su estudio. Algo después, tanto Maspero como el fotógrafo americano Edward L. Wilson intentarían reconstruir el contexto del hallazgo para su estudio. En este lugar se hallaron más de 50 momias entre las que se encontraban algunos grandes reyes del Reino Nuevo o Ahmes-Nefertari.