Vive la primera Gran Esposa Real de la Dinastía XVIII, Ahmes-Nefertari. Esta gran dama, esposa del rey que volvería a reunificar Egipto, Ahmes I, se convertiría en una de las reinas más poderosas que habitaron el Valle del Nilo durante el Reino Nuevo. Tomando el título de Esposa del Dios Amón tomó una privilegiada posición como parte del sacerdocio de Amón, el más poderoso de la antigua Tebas.
Su labor constructora y religiosa en un momento de reconfiguración de Egipto tras décadas de guerra, le facilitó el convertirse en una divinidad en la necrópolis tebana. Junto con su hijo, Amenhotep I, parece que pudo intervenir en la fundación del Valle de los Reyes y de la aldea de trabajadores especializados que levantarían y decorarían las monumentales tumbas de los reyes del Nilo. Durante siglos Ahmes-Nefertari fue utilizada para la legitimación de monarcas y se la adoraría en el Occidente de Tebas como una diosa local que intervenía en favor de los egipcios en el Más Allá.