La fragmentación vuelve a Egipto. Con la muerte de Ramsés XI el gobierno en Egipto se divide entre los reyes en el Norte y los altos sacerdotes de Amón en el sur, iniciando la Dinastía XXI. El área de Tebas, controlada por estos religiosos, se comienza una actividad de «protección» y «reparación» de las tumbas de los reyes del Reino Nuevo que llevaban ya años siendo saqueadas. Sin embargo, los mandatarios sacerdotes se comenzarían a enriquecer con los tesoros de los monarcas del pasado. En medio de esta actividad, muchas de las momias reales comenzaron a ser sacadas de sus tumbas para restaurarlas, colocando algunas juntas en otros enterramientos de forma, en un primer momento, provisional.